"Me suelen preguntar cuál fue la clave para crear un banco como Grameen Bank. Pues bien, mi respuesta es que yo no sabía nada de banca, y que si hubiese sabido más, quizá habría tenido que seguir las reglas convencionales", aseguró el premio Nobel de la Paz 2006 Muhammad Yunus en la sesión extraordinaria del Programa de Continuidad que ha tenido lugar hoy en el campus del IESE en Barcelona, con la presencia de SM la Reina Sofía y SAR el Príncipe Felipe de Borbón.
Yunus, que con el banco de su Bangladesh natal prácticamente inventó los conceptos de microcréditos y microfinanzas, añadió que "hice lo contrario de lo comúnmente establecido... y funcionó. Los bancos convencionales buscan a los hombres, nosotros buscamos a las mujeres. Los bancos convencionales buscan a los ricos, nosotros buscamos a los pobres, a los que no tienen nada, que son nuestro punto de partida".
Durante su conferencia, titulada "Building Business with Social Impact" ("Haciendo negocios con impacto social"), el banquero social insistió en la idea de que el mundo de los negocios ha tomado un camino equivocado al centrarse únicamente en ganar dinero, y no en resolver problemas. La crisis no ha sido únicamente financiera, dijo, sino también medioambiental y social, y más que en apurarse en salir de ella, sería mejor aprovechar la oportunidad que supone la crisis para arreglar el sistema.
"Los economistas han basado sus teorías en el egoísmo, pero los seres humanos también podemos ser altruistas. ¿Por qué no crear negocios basados en el altruismo, donde los beneficios son para los demás y no para mí?", se preguntó Yunus, que ha puesto en marcha hasta 40 empresas destinadas a resolver problemas diversos como la malnutrición, la falta de telecomunicaciones o de servicios sanitarios, y que jamás ha retenido acciones de las compañías.
Muhammad Yunus fundó el Grameen Bank, que ahora cuenta con 8 millones de clientes en Bangladesh, en 1976. También tiene sucursales en Nueva York, donde a pesar de las reticencias locales, el sistema de microcréditos también funciona: el 99% de ellos, cuya media es de 1.500 dólares, se devuelven, y son la única opción para los millones de norteamericanos pobres que no pueden abrir cuentas bancarias convencionales.
"Las empresas orientadas al beneficio crean empleo, sí, pero la razón de su existencia es ganar dinero. En los negocios sociales, en cambio, el único objetivo es crear puestos de trabajo. Un modelo es el de ganar dinero, pero nuestro modelo es el de cambiar el mundo", concluyó Yunus.
IESE, 2 de julio del 2010
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