miércoles, 22 de julio de 2020

Ghana 7 (2017) Parque Nacional Mole

Vistas de la sabana del P.N. Mole. C.M. Aguilar Gómez.
El parque nacional Mole es, con diferencia, el mayor espacio protegido de Ghana. Tiene una superficie de 4.577 km2 y se sitúa en el norte del país, preservando una zona de sabana prácticamente inalterada. Cuando uno piensa en sabanas, enseguida le vienen a la mente imágenes de zonas abiertas y pastizales dorados. Mole no es así. Y mucho menos lo era en agosto.

Tras el periodo de lluvias más intenso del año, encontramos el norte del país exuberante. La hierba alcanzaba un porte increíble.
Al llegar a Mole nos dirigimos al único campamento que concentra a todos los visitantes del parque nacional.

 
 


Antílope (Tragelaphus scriptus). C.M. Aguilar Gómez.
El sitio está muy bien elegido. Desde el borde de un terraplén hay unas vistas que te hacen comprender la extensión del parque nacional. Una enorme sabana arbolada en todo lo que te alcanza la vista.

El campamento se asoma a una ribera encharcada de pastos donde se dejan ver antílopes kob (Kobus kob), jeroglíficos (Tragelaphus scriptus) y grupos de facoceros (Phacochoerus africanus), aunque para estos últimos no hay que irse tan lejos. En la zona de alojamiento
los facoceros pululan con descaro comiendo el césped de los jardines ya que, a diferencia de lo que sucede en otros parques de África (Sudáfrica por ejemplo), el campamento no está vallado.


 


Ppapiones en  caminos de Mole. C.M. Aguilar Gómez.
La ribera es el lugar donde ver algunas grandes aves que frecuentan las zonas encharcadas, como el suirirí cariblanco (Dendrocygna viduata), la cigüeña lanuda africana (Ciconia microscelis) o el ibis hadada (Bostrychia hagedash). También hay siempre por ahí algún enorme cocodrilo (Crocodylus suchus) al acecho.

Luego, cuando recorres el parque en vehículo, las posibilidades de ver mamíferos disminuyen con tanta vegetación. Son comunes los grandes grupos de papiones oliva (Papio anubis), pero muchos otros animales enseguida se pierden entre las altas hierbas.





 

Papión oliva (Papio anubis). C.M. Aguilar Gómez.
La mayoría de los visitantes acuden a Mole a ver elefantes, pero con tanta vegetación no siempre es fácil. Nosotros solo vimos un ejemplar, aunque tampoco los buscábamos. Más ilusión nos hizo encontrar varios calaos terrestres norteños (Bucorvus abyssinicus).

La zona que puedes visitar del parque es minúscula ya que solo hay una pequeña red de caminos en buen estado. Y eso es un poco frustrante. Tanta superficie buena y tan poco para recorrer. No puedes moverte por libre
en ninguna zona , ni con coche ni a pie, y los gestores solo entienden que quieras ver bichos grandes.

 



Calaos (Bucorvus abyssinicus) C.M. Aguilar Gómez.
Hicimos un recorrido a pie con un guía preocupado solo en mostrarnos elefantes.Y no los vimos. Otro recorrido fue con nuestro vehículo y el jefe de guardaparques como guía. Esto fue tras mucho insistir en poder hacer algo que no fuera ir en un grupo de turistas apretados en un pickup sin poder hacer paradas.

Nuestro interés por cualquier detalle vegetal o animal más pequeño que un antílope desesperó al guía. Nos llegó a reprochar que sacáramos los prismáticos sin pagar la tasa adicional por birwatching. Al final desistimos y nos dedicamos a las
pequeñas aves, mariposas, lagartijas y algún primate que pululaban por los jardines del campamento. Así, tras día y medio en Mole, emprendimos el retorno al sur.

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