29 de diciembre de 2019 Aquella jornada visitamos el pintoresco mercado de Bac Ha mediante un tour. También paramos brevemente en la aldea de Ban Pho y en la frontera china. El tour nos dejó en Lao Cai, donde estuvimos haciendo tiempo hasta la hora en que salía el tren nocturno a Hanoi, en el que pasamos aquella noche. Aquel día nos levantamos pronto, porque a las 7:30 h nos venían a buscar para iniciar nuestro tour de Bac Ha. Íbamos a visitar el mercado dominical que se hace en esta localidad situada a 100 km al este de Sapa. Lo especial de este mercado es que allí van a comprar y vender sus productos gente perteneciente a varias minorías étnicas del noroeste de Vietnam, ataviada con sus respectivos vestidos regionales. El tour lo habíamos reservado desde el mismo hotel, y nos costó 17 USD por persona. Como aquel día cogeríamos el tren nocturno destino Hanoi en Lao Cai y el tour pasaba por allí, llevábamos todo nuestro equipaje con nosotros para que nos dejaran allí a la vuelta. 29 de diciembre de 2019
Aquella jornada visitamos el pintoresco mercado de Bac Ha mediante un tour. También paramos brevemente en la aldea de Ban Pho y en la frontera china. El tour nos dejó en Lao Cai, donde estuvimos haciendo tiempo hasta la hora en que salía el tren nocturno a Hanoi, en el que pasamos aquella noche.
Aquel día nos levantamos pronto, porque a las 7:30 h nos venían a buscar para iniciar nuestro tour de Bac Ha. Íbamos a visitar el mercado dominical que se hace en esta localidad situada a 100 km al este de Sapa. Lo especial de este mercado es que allí van a comprar y vender sus productos gente perteneciente a varias minorías étnicas del noroeste de Vietnam, ataviada con sus respectivos vestidos regionales. El tour lo habíamos reservado desde el mismo hotel, y nos costó 17 USD por persona. Como aquel día cogeríamos el tren nocturno destino Hanoi en Lao Cai y el tour pasaba por allí, llevábamos todo nuestro equipaje con nosotros para que nos dejaran allí a la vuelta. La organización fue algo caótica, ya que la guía hmong que nos acompañaba no sabía exactamente a quien tenía que recoger y donde tenía que hacerlo. Finalmente se llenó tanto el bus del tour que tuvieron que poner taburetes en el pasillo para que se sentaran los últimos turistas que recogieron. El viaje fue bastante largo, sobre unas 3 horas que pasamos dormitando. Eran sobre las 11 h cuando llegamos a Bac Ha, que era un hervidero de gente que asistía al mercado. La guía hmong del tour nos dijo que nos daba dos horas para ver el mercado y nos indicó hacia donde quedaba. Pensábamos que nos acompañaría allí y que nos explicaría cosas, pero no la vimos por la labor. Entramos al mercado de Bac Ha por una zona donde estaban los puestos de ropa. Nos sorprendió que la gran mayoría de ellos no vendía ropa occidental sino vestidos tradicionales. También había un gran número de puestos que vendían artesanías, y esta vez parecían de verdad, no las baratijas que vendían en Cat Cat. Como es normal en estos mercados, los productos a la venta no tenían precio marcado, había que regatear por todo. Pero nosotros estábamos más interesados en ver a los locales y en curiosear por los puestos que en comprar.
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Puesto de trajes tradiconales, y una mujer hmong |
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Colorido grupo frente a un puesto de artesanía |
En una pequeña plaza estaban los puestos de fruta y verdura. Había puestos grandes con multitud de verduras, con algunas que no habíamos visto nunca. Pero también los había pequeños, en los que simplemente el campesino había extendido encima de un saco lo que había recolectado el día anterior. La carne estaba en otra zona, que estaba techada aunque sin ninguna refrigeración para la comida. Allí estaba la carne cortada, a la intemperie, mientras los vendedores se afanaban por espantar las moscas.
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Diferentes puestos de verduras |
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Puesto con extraños tubérculos |
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Las verduras de Bac Ha |
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Zona donde se vende la carne |
Aquel mercado era enorme, y tenía de todo. Incluso tenía una zona de restauración, una larga hilera de restaurantes sencillos donde servían constantemente boles llenos de sopa. Incluso había una sección de peluquería, con varios divanes en los que los peluqueros cortaban el pelo a sus clientes prácticamente en plena calle. Pero lo que hacía especial a aquel mercado frente a otros mercados asiáticos a los que habíamos ido era la gente. Sobre todo las mujeres hacían gala de sus trajes tradicionales, y había muy pocas vestidas al modo occidental. Otra cosa que nos gustó fue que el mercado no era nada turístico: era un mercado local dirigido hacia la gente local. Había varios grupos de turistas, pero no era nada masificado, y a día de hoy no había puestos que vendieran cosas orientadas a los turistas (¡y que dure!).
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Grupos de mujeres locales |
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Gente local comprando |
Sabíamos que había una zona donde se vendían animales vivos, pero no la habíamos visto. Vimos a un hombre guiando un enorme búfalo de agua y pensamos que quizás lo llevaba a esa zona, así que lo seguimos ¡Y tuvimos suerte! Al otro lado del río habían habilitado una zona donde había decenas de búfalos, rodeados de vendedores e interesados. El sitio donde estaban los animales estaba lleno de barro y de heces, así que miramos desde los muros de la estación de bus aledaña. Regresamos nuevamente al mercado y descubrimos el sitio donde vendían los animales más pequeños, como gallinas, patos o cerdos. También vendían adorables cachorros de perros, aunque después nos enteramos que eran usados para el consumo humano… Al final nos estuvimos en el mercado de Bac Ha prácticamente las dos horas que nos dieron. Nos gustó mucho el colorido de los vestidos de sus gentes, y que sobre todo es un mercado local que no ha sucumbido al turismo. Así que nos pareció un sitio muy recomendable.
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Zona donde se vendían los búfalos |
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Enormes (y mansos) búfalos de agua, un animal indispensable para los campesinos vietnamitas |
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Cerdos (izq.) y gallinas (dcha.) a la venta |
La propietaria de nuestro hotel nos había dado unos sándwiches para almorzar, así que los comimos mientras hacíamos tiempo. Nuevamente en el bus del tour nos llevaron a Ban Pho, una pequeña aldea situada cerca de Bac Ha. Allí la guía nos enseñó una verdadera casa tradicional hmong, en la que se veían las camas de sus habitantes y la ropa tendida. En una de las habitaciones tenían una especie de alambique con el que elaboraban "happy water", una suerte de licor de arroz parecido al sake. Fue una visita muy corta, apenas de un cuarto de hora.
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Aldea de Ban Pho |
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Casa tradicional hmong |
La última visita del tour fue en la frontera con China. Contado así no parece que sea la visita mas interesante del mundo… y tampoco lo fue. Lao Cai se encuentra en la unión de dos ríos, que constituyen la frontera entre Vietnam y China. En el tour nos llevaron a una especie de mirador a orillas de un río, al otro lado del cual se extendían los altos edificios del lado chino. Nos dio la sensación que aquellas dos visitas fugaces eran un poco de relleno, para que el tour de Bac Ha pudiera considerarse "full day".
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Frontera china en Lao cai |
El tour estaba acabando para nosotros, ya que nos dejaron en la
estación de tren de Lao Cai (el bus continuó su camino hacia Sapa), donde cogeríamos el tren nocturno horas después. Eran sobre las 16 h y teníamos por delante casi 5 horas hasta la salida del tren. Para estar mas cómodos, buscamos una consigna en la estación para dejar las mochilas. Preguntamos en información y nos encaminaron hacia una especie de almacén donde las pudimos dejar (50.000 VND por persona, 2 €). Luego fuimos a dar un paseo por
Lao Cai para estirar las piernas. Como todas las ciudades fronterizas, Lao Cai era algo impersonal y polvorienta, con poco que ver y hacer. Estuvimos dando un paseo por la avenida principal que partía de la estación, que estaba desierta de gente, cosa rara en Vietnam. Aprovechamos para tomar un café en
Pinapple, un restaurante pijillo en el que estuvimos exprimiendo al máximo nuestras consumiciones mientras exprimíamos su excelente wifi.
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Paseando por Lao Cai |
Aunque no era muy tarde, un rato después decidimos ir a cenar a otro sitio. Acabamos en el
Terminus, un restaurante situado justo enfrente de la estación y donde se empezaban a congregar occidentales que, como nosotros, esperaban el tren. Pedimos cerdo frito con patatas y arroz con carne, verduras y gambas, unos platos sin pena ni gloria que cumplieron con su función de alimentarnos. Junto con un par de cervezas, la cena nos salió por 209.000 VND (algo más de 4 €).
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Nuestra cena |
Recogimos nuestras mochilas de la consigna de la estación de Lao Cai y nos dirigimos al andén de nuestro tren. Esta vez, en nuestro camarote de 4 camas teníamos una compañera, una señora vietnamita que se metió a la cama tal cual llegó. Teníamos por delante otro agotador trayecto nocturno de 8 horas en el que, al igual que el de la ida, no pegamos apenas ojo por lo duras que eran las camas.
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